ADR: la importancia de almacenar y transportar correctamente cada materia


Las materias peligrosas son productos que pueden resultar nocivos para la salud de las personas y para el Medio Ambiente. Por eso, su envasado, transporte y almacenaje se ha regulado mediante normativas para garantizar la seguridad. Una de estas normativas es la que se conoce con las siglas ADR (del inglés Agreement on Dangerous Goods by Road ). Se trata de un protocolo para definir el transporte por carretera de productos considerados peligrosos y es de aplicación internacional, siendo revisado cada dos años para adecuarlo a las últimas novedades en materia de fabricación, envasado… etc.

El ADR es, por lo tanto, un acuerdo internacional para garantizar unos estándares en el transporte de productos peligrosos. Su cumplimiento resulta vital y exige contar con empresas especializadas en logística de productos químicos o en almacenaje de mercaderías peligrosas.

En este artículo queremos repasar la importancia de que cada producto considerado peligroso sea transportado y almacenado en función de sus características y necesidades:

-. Explosivos: se trata de materias que, debido a una reacción química desprenden gases a una temperatura o velocidad que puedan producir daños; o materias que pueden producir reacciones exotérmicas. Durante su transporte deben ir etiquetados con un rombo de color naranja con letras negras.

 -. Gases: los gases se pueden dividir en tres categorías (inflamables, no inflamables y tóxicos). Se trata de materias que a presión normal y a una temperatura de 21 grados se encuentran en estado gaseoso. Se trata de un producto que exige especial cuidado durante su transporte y manipulación. Podemos saber que un camión transporta gases si está identificado con rombos rojos (gases inflamables), verdes (no inflamables) o blancos (gases tóxicos).

-. Líquidos inflamables: son líquidos cuyo punto de inflamación es de 60 grados. Al tratarse un producto que puede producir combustión (y también resultar tóxico o corrosivo) es muy importante que se mantengan unas condiciones y una temperaturas durante su transporte y almacenaje. Son líquidos inflamables la gasolina, el aguarrás o las pinturas y barnices, entre muchos otros. Los vehículos que los transportan deben ser identificados con un rombo rojo (al igual que pasa con los gases y con otros productos inflamables).

-. Sólidos inflamables: se trata de una categoría muy extensa que se subdivide en diferentes tipos de productos (materias autoreactivas, materias que desprenden gases, materias que en contacto con el agua desprenden gases…). Cada subtipo tiene unas determinadas especificidades en lo referente al transporte y almacenaje.

-. Materias Comburentes: Son líquidos o sólidos que pueden provocar o favorecer la combustión, puesto que dan lugar a reacciones que desprenden oxígeno y en contacto con otros materiales aumentan el riesgo de que se produzcan incendios. Son por lo tanto, materiales delicados que exigen un transporte y un almacenaje muy cuidadoso. Se identifican con un rombo amarillo  o amarillo y rojo en el caso de los peróxidos orgánicos.

-. Materias tóxicas: se trata de materias que pueden provocar envenenamiento (con riesgo de muerte) si entran en contacto con el cuerpo humano. Se identifican mediante un rombo de color blanco.

-. Materias radioactivas: son objetos o materias que contienen radionucleidos con una concentración que exceda la máxima permitida. Diferentes formas de uranio o plutonio son materias radioactivas.

-. Materias Corrosivas: se consideran corrosivas las materias u objetos que, por contacto, dañan el tejido epitelial de la piel, las mucosas o los ojos. Los ácidos son un buen ejemplo de materias corrosivas. Su identificación es con un rombo blanco y negro y exigen tomar medidas de precaución durante su transporte y almacenaje.

-. Materias que presentan peligros diversos: son materias que suponen algún tipo de peligro no contemplado entre los anteriores. Los reconoceremos por su rombo partido, una de cuyas mitades se estampa con rayas verticales negras.

Todas estas materias peligrosas cuentan con una regulación específica para el transporte por carreteras, el llamado Acuerdo Europeo sobre el transporte internacional de mercancías peligrosas.